ACEITE GATA-HURDES

ACEITE GATA-HURDES

Aceite de oliva virgen extra obtenido exclusivamente a partir de aceitunas de la variedad Manzanilla Cacereña. Se produce en la tierra formada por Sierra de Gata, Las Hurdes, Ambroz, Jerte, La Vera y Tierras de Trasierra de Granadilla, en la provincia de Cáceres, donde un total de aproximadamente 30.000 hectáreas se reserva para el cultivo del olivo.

Son aceites obtenidos de aceitunas recolectadas utilizando el método de “ordeño”, es decir, se recoge directamente del árbol. Este ritual es conocido como “extracción del alma del olivo” ¿Quién no se ha levantado de amanecida con su abuelo, las botas katiuskas, los guantes, la ropa vieja y un cubo para ir a varear olivos? Como si de pequeños arbolitos navideños se tratara, cuelgan de ellos bolitas de pulpa dorada, tonalidad que nos avisa del momento idóneo para el ordeño o vareo de sus ramas cuajadas de hojas lanceoladas.

Y comienza la liturgia familiar, de cada fría Navidad: varear, barrer, pasar por el pájaro, coger a mano, cargar los sacos al tractor y llevar a la almazara para que la aceituna se convierta en ACEITE de oliva.

Amargura y picante conviven en perfecta armonía, el equilibrio perfecto. Pero Aceite Gata-Hurdes ha conseguido hacer el “más difícil todavía” al conjugar aromas pronunciados de plátano, manzana y hierba recién cortada. También puede ser de color verdoso cuando se obtiene de aceitunas recolectadas antes o durante el período en que están cambiando de color de verde a oscuro.

El hecho de que buena parte de los olivos se encuentren en un parque natural impide que tengan lugar prácticas de recolección que no sean ecológicas. Extremadura es conocida mundialmente por su buen hacer y su excelencia en la oleicultura, un ejercicio casi espiritual de los olivos. El “caviar dorado” o caviar embotellado, símbolos de la alta cocina.

ACEITES MONTERRUBIO

ACEITES MONTERRUBIO

Aceite de Oliva Virgen Extra cuyas pepitas de oro proceden de la zona denominada Serena, como una premonición del estado de bienestar que nos depara el entorno: Serena-Siberia-Campiña Sur. Sí, porque allí el alma se serena y se dispone a dibujar al óleo con las variedades “Cornezuelo” y “Jabata” (“Picual”), “Mollar”, “Corniche”, “Pico-limón”, “Morilla” y “Cornicabra”. Sonetos del olivo.

Es un aceite de color amarillo verdoso, de gran estabilidad, sabor afrutado, aromático, almendrado, ligeramente amargo y picante. La zona de producción abarca un valle muy sereno: Benquerencia de la Serena (y sus pedanías), Cabeza del Buey, Capilla, Castuera, Esparragosa de la Serena, Garlitos, Higuera de la Serena, Malpartida de la Serena, Monterrubio de la Serena, Peraleda del Zaucejo, Peñalsordo, Quintana de la Serena, Sancti-Espíritu, Valle de Serena, Zalamea de la Serena y Zarza Capilla.

Una zona considerada oro puro, ya que presume de tener el “Mejor aceite virgen extra ecológico del mundo”, un reconocimiento otorgado a la marca DEGUSTE en BIOFACH, la Feria de Alimentos Orgánicos de Nuremberg (Alemania).

La mayoría de los olivos fueron injertados en acebuches, especie abundante en la zona de la Comarca de la Serena desde hace muchos años. Este hecho, junto a que son olivares situados entre sierras, hace que exista un microclima característico, que influye notablemente en la calidad del producto final.

Milagros de la naturaleza extremeña, quizá por eso la cooperativa que aglutina a las almazaras que prodigiosamente han elaborado este aceite selección, lleva por nombre La Milagrosa.

CEREZA DEL JERTE

CEREZA DEL JERTE

La Picota del Jerte es una variedad originaria del Valle del Jerte. Siguiendo una tradición familiar de siglos, más de dos millones de cerezos se cultivan artesanalmente en bancales labrados en las altas montañas del Valle, entre manantiales cristalinos y aire puro. Sólo en un entorno así de único, con un microclima privilegiado, pueden cultivarse las mejores cerezas de España.

El Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, es el lugar donde el otoño se hace milagro con destellos mágicos, que emergen de castaños centenarios; sin embargo es famoso por la floración de los cerezos en primavera; un increíble espectáculo de más de dos millones de árboles cubriendo de blanco las laderas del valle. Uno cree haber llegado a la nieve y no, son los cerezos recién florecidos.

Cuando el fruto tiene la madurez óptima para cada variedad, se realiza la recolección manual en cestas de castaño, que conservan toda la frescura de la cereza. Y sin moverse el recolector del admirado tronco del árbol, las cerezas una a una, van cayendo al cesto. Es un ritual laborioso, delicado, tan sólo deben pasar las mejores, las que revientan de redondas y rojas, las que podrían botar entre nubes. Es como si el recolector buscara pepitas de oro en el aire. Y un día después de haber estado en el árbol, las auténticas cerezas y Picotas del Jerte llegan a la mesa.

Parece una rosa, pero no lo es Sucede que procede de una familia arbórea llamada “Rosácea”. Esta familia a su vez tiene un hijo árbol caducifolio, que se adorna el tronco con anillas de color marrón rojizo del cual brotan en ramas las flores de cerezo, y ahí tenemos a la sabrosa Picota picotona.

No estamos en un valle de lágrimas, el Jerte es un valle cuajado de cerezas, castañas y ciruelas, frutos todos ellos que aportan al paisaje un color insuperable, es como morder el otoño jugoso y saborear sus chaparradas, sus escarchas tempranas y sus húmedas ráfagas.

En la temporada marcada para la recolección de las cerezas, entre los meses de abril y agosto se extiende por toda la comarca un tapete del color de los labios de mamá, carmín-fiesta. La fiesta del Cerezo en flor.

CORDERO DE EXTREMADURA

CORDERO DE EXTREMADURA

Los corderos amparados bajo la IGP CORDEREX sólo pueden proceder de la raza Merina, raza autóctona de gran rusticidad y alta capacidad de adaptación a medios difíciles. Los animales son seleccionados e identificados desde sus primeros días de vida a través de un crotal numerado. Tras el destete, estos corderos se alimentan con piensos autorizados y permanecen estabulados, bien en las propias naves de las explotaciones o en centros de tipificación.

La raza Merina fue motivo de batallas, robos y pirateo de muchos pueblos europeos deseosos de poseer ejemplares de esta especie. Hoy pastan tranquilas, especialmente en Extremadura, en donde el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida CORDEREX, se encarga de vigilar su crianza, pastoreo, régimen de vida y sacrificio para que llegue con todas las garantías al consumidor.

Sabemos que esta raza debe su expansión a los romanos y siglos más tarde a los árabes, quienes se encargaron de extender su crianza por nuestra península. Y es en las dehesas y en los pastos extremeños en donde mejor han logrado aglutinar todos esos sabores de nuestro campo que se reflejan en nuestra gastronomía.

Gracias a la tenacidad de esta Indicación geográfica Protegida, que comenzó a operar en 1997, disponemos hoy de una carne certificada de animales criados con totales garantías en extensivo o en semiextensivo. En el sistema extensivo, los animales viven prácticamente todo el año en el exterior, alimentándose del campo, y los costes se minimizan ya que no hay gastos de infraestructura ni de alimentación. En el sistema semiextensivo, el más empleado en la actualidad, se compagina el trabajo en la paridera con la alimentacioón de los animales y con otras labores.

Los corderos de esta zona se alimentan con leche materna durante sus 45 primeros diías y posteriormente con concentrados de cereal. Una vez que alcanzan el peso idóneo y siempre que su edad sea inferior a 100 días, son trasladados a mataderos para proceder a su sacrificio.

Los canales de estas carnes se identifican y numeran individualmente a través de un precinto de garantía que llevan en su pata y con un sello sobre su piel que incluso perdura después de su cocinado. Las piezas se caracterizan por su excelente textura, su moderado nivel de infiltración de grasa a nivel intramuscular, lo que se traduce en una mayor terneza y un bajo nivel de grasa cárnica.

PARTES DEL CORDERO

  • Chuletero. Pieza más cotizada. Pesa aproximadamente 4 kilos. Se emplea para asar, hacer fiambre o como chuletas.
  • Pierna. Parte más carnosa. Se suele presentar asada, mechada, rellena, en forma de fiambre, a la brasa, a la plancha o frita.
  • Paletilla. Parte más jugosa. Pesa aproximadamente 1 kilogramo y se emplea para asados al horno, guisos, fritos, calderetas o estofados.
  • Cuello. Pieza que se emplea para cocinar menestras, estofados y calderetas.
  • Pecho y falda. Empleados casi exclusivamente para estofados, fritos, pinchos o brochetas.
JAMÓN DEHESA DE EXTREMADURA

JAMÓN DEHESA DE EXTREMADURA

Casi no hay palabras, sólo lágrimas ante un plato de hebras refulgentes, rosadas o tornasoladas de jamón ibérico de bellota. En la Dehesa de Extremadura nacen, crecen y se reproducen los mejores cerdos ibéricos de España.

La zona geográfica se extiende entre Cáceres y Badajoz, dando forma al último bosque natural y mediterráneo que queda en el mapa del despertar. La dehesa es el emporio de sello extremeño que más cotiza en la alfombra roja de la Gastronomía mundial, su estrella no es otra que “el cerdo”.

Es un océano verde de encinas y alcornoques erigidos como árboles sagrados. Una factoría forestal donde retozan piaras interminables de cerdos, criados en completa libertad, consumidores compulsivos de bellotas, raíces, hongos y frutas. Por eso es un animal tan feliz, porque no hay quien le tosa en la dehesa.

Tan único y tan extremeño Un animal-despensa que ha puesto de moda el jamón en China y en Japón. Es tan único y tan extremeño que traspasa con éxito cualquier cata por muy refinados paladares que lo examinen. El cerdo muy cerdo, con perdón, es el emblema de nuestra gastronomía selecta. Todo empieza con la calidad genética de este animal de cuatro pezuñas negras. De hecho, el cerdo ibérico extremeño, puede que sea la única raza genéticamente pura que se conserva.

La montanera se impone como una plegaria, entre octubre y marzo, es el festín de las bellotas y del rastrojo, aromas que se transmiten al producto final. Estos jamones están impregnados del sabor de las sierras cuajadas de vida Otra de las características es la forma exterior de la paleta o pata de jamón ibérico que ha de ser alargada, estilizada, perfilada mediante el corte serrano en “V” de victoria.

Para que no se la den con queso en esto del jamón, conviene recordar que según el tipo de alimentación pueden ser de varios tipos: Cerdo de Bellota, terminado en montanera; Cerdo de Recebo, es ayudado en su alimentación con piensos autorizados y Cerdo de pienso, solo alimentado por piensos autorizados.

Este ABCedario téngalo presente porque sólo los cerditos felices de pura raza ibérica, nacidos y criados en Extremadura, son jamón jamón.

MIEL VILLUERCAS-IBORES

MIEL VILLUERCAS-IBORES

Extremadura es un panal de rica miel. Seguimos el rastro a una hilera de colmenas esparcidas por el campo y llegamos al paraíso que las abejas han elegido para trabajar: Villuerca-Ibores. Pura letanía silvestre, repite con nosotros: alcornoque, argamulas, brezos, cantuesos, carquesas, castaños, encinas, espino albar; gamones, jaguarzo, jaras, querihuelas, quirolas, lentiscos, madroños, melera, olivillo, orégano, retamas, robles, sauces, torviscas, zarzamoras. Todas ellas visitadas en sus diversas épocas de floración por las abejas. ¡AMIEL!

Las melíferas, muy melosas ellas, liban el néctar de las flores, en una especie de ritual nupcial, de ahí la expresión “luna de miel. El santo zumbido planea en horas de siesta por las comarcas mieleras, no hay que espantarlas, si no hay polinización dejarían de existir las almendras, las manzanas, el apio, el pepino, la cebolla, las ciruelas, el aguacate, el maní y el algodón.

Las características de la miel varían en aroma y sabor según los parajes donde se recolecta. La monofloral, de retama, de color ámbar tiene un aroma suave, dulce y penetrante. La miel de bosque, castaño, roble o encina es aromática y con un ligero toque amargo. La “mil flores” que fluye de las crucíferas, leguminosas, borragináceas y umbelíferas es puro amor dulce.

Flores que anuncian manjares Las abejas son ciegas para el color rojo y, sin embargo, perciben con toda claridad los colores ultravioletas, invisibles para nosotros. Muchas flores reflejan estos colores ultravioletas para ayudar a las abejas a encontrar el alimento. Las flores funcionan como verdaderos anuncios para advertir la presencia de una recompensa. Así se entiende la sinfonía cromática que exhibe Extremadura, como marca de la casa.

Y esta miel nuestra no es que endulce, es que es aliño de carnes, salsa imprevista en lechales y jugo para confitar cebollas. La miel glasea el pescado, arropa la presa ibérica y envuelve las almendras con pellizcos de picaflor. Todo un amor en la cocina.

PIMENTÓN DE LA VERA

PIMENTÓN DE LA VERA

El Pimentón de la Vera es una de las especias más misteriosas; su color ya anuncia enigmas picantes al paladar. No hay chef o buena cocinera que no lo tenga a su vera en la alacena. Es un producto genuinamente artesanal, único en su concepto y gracias a su laborioso proceso de producción, ha alcanzado la categoría de “Denominación de Origen Protegida”.

Las cadenciosas lluvias de primavera en el Valle La Vera, tienen mucho que ver en el inicio de este ciclo pimentonero. Esas lloviznas copiosas dan paso a una refulgencia solar especial, capturada tan sólo en Extremadura. Esta luz es la que provoca que los pimientos rojos maduros brillen al sol como auténticos joyeles en un mar de tonalidades verdes.

La Vera, comarca inimaginable ubicada frondosamente en la puerta oriental de Extremadura, al norte de Cáceres. Es zona cálida y soleada en el verano, pero es de una fertilidad insólita debido al gran número de gargantas de agua cristalina que alberga, algo que propicia unas condiciones perfectas para el cultivo de pimientos.

Sólo el microclima de La Vera, la tradición ancestral y el legado transmitido de padres a hijos han dado origen a este pelirrojo, considerado auténtica filigrana culinaria de la naturaleza.

¿A qué sabe el Pimentón de la Vera? El aroma y sabor se obtienen gracias al sistema de secado con humo tradicional. Los pimientos son cuidadosamente seleccionados, se someten al proceso de secado con leña de roble o encina, ya que éstas proporcionan el calor necesario para la deshidratación perfecta de los frutos.

Manos expertas hacen danzar los pimientos, los mecen como si atusaran un mantel blanco, se voltean los pimientos durante diez o quince días, una y otra vez, con parsimonia de abadía, hasta que se alcance el grado deseado de sequedad.

Una vez secos, los pimientos se trasladan a las empresas transformadoras, donde se eliminan los tallos y parte de las semillas, antes de su molienda en los molinos de piedra tradicionales.

El pimentón de la Vera forma parte del cuarteto prodigioso de la cocina tradicional española, junto al aceite de oliva, el ajo y la cebolla.

Ten siempre a tu vera esta especia poderosa y potente compañera de cocina. Está empíricamente comprobado que todos los pimentones bajan el colesterol y los triglicéridos. Además, el pelirrojo de La Vera, contiene una sustancia denominada capsaicina, responsable del picante, que posee unas propiedades extraordinarias. Hay pues que tomarse en serio y en generosas dosis el Pimentón por su efecto rejuvenecedor y saludable.

QUESO IBORES

QUESO IBORES

Benditamente, otro de los manjares de la pradera extremeña es el queso. Extremadura es un continuo fluir de rebaños que apuran entre matorrales nobles, el polvillo dorado de retamas, brezo, jaras, lentiscos y labiérnagos.

El queso es la ternura en la mesa, el beso en la boca, la luna en el paladar. Extremadura huele a queso de Norte a Sur, así que prepárate para darte un buen “colocón de queso” no apto para los remilgados de olfato

La zona de producción del queso Ibores está situada en las comarcas cacereñas de los Ibores, Las Villuercas, La Jara y Trujillo. Uno de los paisajes más variados de Extremadura, donde podemos encontrar desde cumbres de 1600 metros, hasta encajados valles y encinas, alcornocales y el sotobosque de jaras, tomillo brezo. Este peculiar menú del que se alimenta el ganado junto con su elaboración a base de leche cruda marca la personalidad del “Queso artesano D.O. Ibores”.

Queso artesano D.O. Ibores El Ibores, es un queso graso, mantecoso, suavemente caprino en el retrogusto, sutilmente picantón porque algún inventor de sabores, tuvo la genial idea de macerar la corteza con pimentón y hasta untarlos con aceite. ¡Hízose el milagro!

Los queseros son hombres pacientes, la maduración del medallón sagrado se prolonga durante 90 días con sus noches.

Se elabora exclusivamente a partir de leche cruda procedente de cabras de raza Verata, Serrana, Retinta y sus cruces. Cuenta con numerosos premios y reconocimientos, y se ha convertido en un icono de la Gastronomía regional y nacional. Un ligero mordisco al queso de Ibores, te transporta a una zona que por su dureza paisajística, era conocida por los pastores en la antigüedad como “el reino de las cabras”.

El subidón es inmediato, uno cree estar pastoreando en absoluta libertad con esa felicidad que proporciona la intemperie bajo el cielo extremeño y esas cabritillas convertidas en animales mitológicos, con sus ubres rosadas ventiladas al frío de la noche, portentosos manantiales de leche. ¡Ay Ibores el queso de mis amores!

QUESOS LA SERENA

QUESOS LA SERENA

La Serena nos cautiva, la mirada se pierde en un paisaje que se extiende sin límites por 21 municipios: Benquerencia de la Serena, Cabeza del buey, Castuera, Campanario, Capilla, Esparragosa de Lares, La Haba, Magacela, Zalamea de la Serena, Monterrubio, El Risco, Garlitos, Peñalsordo, el Valle de la Serena… Valle tranquilo, apacible, feliz, infinito…En esta inmensidad pastan unas 400.000 cabezas de oveja merina, otro de nuestros animalitos sagrados. Aquí pastan sin estrés, sin atisbo de establos, aquí sólo hay valle, abertura, cañada, lomas ondulantes que se pierden en la lejanía.

El horizonte llano bulle de pastores y rebaños. En las queserías de la zona se hace artesanía lechosa con hierba y cuajo. Es un prodigio del buen pastoreo, al que se añaden buenas dosis de paciencia, ordeño y devoción. Se trata de un producto tan exquisito que para la fabricación de un kilogramo de Queso de la Serena se necesita la producción de 15 ovejas, ya que de esta raza sólo se extraen 0.350 litros de leche diarios.

Elaborados exclusivamente con la leche cruda Los quesos y tortas de esta denominación de origen protegida son los únicos de España elaborados exclusivamente con la leche cruda procedente de los rebaños. Para diferenciar este queso exclusivo, cada pieza va identificada en su parte inferior por un sello de “marcado a fuego”. Es la marca de la excelencia.

Tanto el queso como la torta han fundido fronteras y se exporta a medio mundo. El hecho de su limitada producción anual, convierte a este “cremoso” en una pieza selecta, muy codiciada en las mesas de los mejores restaurantes del panorama nacional. Su elaboración es manual pero tanto gusta-gusta tanto…que el mercado aguarda, impaciente, su llegada a las estanterías gourmet, recién salidas del mismo Valle Sereno.

TERNERA DE EXTREMADURA

TERNERA DE EXTREMADURA

Muuuucho que decir hay aquí. Los bosques, valles, campiñas y especialmente la Dehesa extremeña es el escenario ideal también para la producción de la ganadería extensiva Singular proyección y relevancia tiene el vacuno extremeño, con unas 400.000 vacas reproductoras aptas para carne.

La más cuidada selección del sector se agrupa bajo la joven Indicación Geográfica Protegida “Ternera de Extremadura”, que ha merecido ya el reconocimiento de la Unión Europea como un referente de rigor y prestigio, acorde con la materia prima, las razas autóctonas extremeñas, la alimentación natural y el carácter extensivo de su producción.

Las razas amparadas por la IGP Ternera de Extremadura comprenden el ganado de las razas autóctonas retinta, Avileña Negra-Ibérica, Morucha, Berrendas y Blanca Cacereña, y sus cruces con las razas Charolesa y Limusina. Vacas recias, pesadas, de pelo rubicundo, monolitos de color charol incrustados en el paisaje. Becerros de oro masajeados por el sol extremeño. Rumiantes poderosas El Minotauros que nos da de comer, carne, cuero y literatura.

De la dehesa a la mesa El color de esta carne es similar al rojo-cereza si es novillo, rojo púrpura si es añojo, rojo brillante como un instante de luz crepuscular si es ternera. Chuletón chuletón, que llena el plato y hasta se desborda vuelta y vuelta, ya saben “poco hecho, por favor”.

Estamos ante la vaca sagrada que va de la dehesa a la mesa, otro animal feliz que se alimenta de pastos naturales en el entrono adehesado de poblaciones como: Alburquerque, Azuaga, Badajoz, Brozas, Cáceres, Castuera, Coria, Don Benito, Herrera del Duque, Hervás, Jaraíz de la Vera, Jerez de los Caballeros, Logrosán, Llerena, Mérida, Navalmoral de la Mata, Olivenza, Plasencia, Trujillo y Valencia de Alcántara.

Un redondo poco hecho es ya un clásico en la mesa, pero si viene del mismo corazón del campo campo, es un lujo que te deja tiritando y con muuuuuchas ganas de repetir con el solomillo, el lomo, el codillo o la paleta…Vacas vacas….

TORTA DEL CASAR

TORTA DEL CASAR

Es un queso de oveja completamente natural, madurado durante más de sesenta días. Quisiera Casar-me con él… La zona Geográfica tanto de producción de la leche como de elaboración de la “Torta del Casar” se sitúa en Cáceres, Llanos de Cáceres, estribaciones de Sierra de San Pedro, Sierra de Fuentes y Montánchez.

Son terrenos que ofrecen una acuarela de plantas herbáceas de alto valor nutritivo salpicadas de arbustos, encinas y alcornoques. Es en estas llanuras con afloramientos rocosos donde hay que venir a contar ovejitas, merinas y refinas ellas, muy suyas.

De corteza ligera y fina, semidura, su principal característica es su textura altamente cremosa. Con aromas lácteos y vegetales, y un gusto intenso casi celestial, resulta fundente al paladar, muy poco salado y ligeramente amargo por las ralladuras de cardo silvestre que pululan en su interior.

Es un queso que atonta de tanto fundirse en boca, y por el que cada día en la mesa hay tortas para hacerse con un pedacito. Como anécdota, conviene saber que los primeros pastores en descubrir esta joya culinaria, llamaban a estos quesos “atortaos” ya que en el proceso de maduración les salió una pasta blanda que se hundía por su propio peso y recordaba más a las tortas de harina que a los quesos tradicionales.

“Érase que se era…” Así comenzaban los cuentos que de niños nos contaban nuestros abuelos, ¿recuerdas? bien, pues pronunciadas varias veces seguidas estas palabras mágicas, notarás que de la boca se desliza la palabra QUESO, quesero, quesería… ¿Qué sería de nosotros sin la Torta del Casar? ¿Qué sería de los adictos al “cremoseo” si los pastores extremeños no se hubieran puesto “manos a la ubre”?

VINO RIBERA DEL GUADIANA

VINO RIBERA DEL GUADIANA

El vino es una criatura delicada, necesita silencio, humedad y reposo en horizontal. Vive y agita tempestades en el alma de quien lo va libando poco a poco. Guadiana es el río que serpentea el corazón de Extremadura y guadianeamente los vinos atesorados por esta D.O nos riegan y embeben, porque de manera previa han sido mimados.

Extremadura tiene alma de BODEGA, lugar sagrado para el vino, alejado del ruido y de la prisa. Era inevitable que esta región del silencio tuviera su sello de calidad. La D.O Ribera del Guadiana nació en 1999, para unir seis dispersas sub-zonas que hasta entonces sólo poseían la etiqueta Vino de la Tierra.

Los dioses marcaron entonces su ruta en la piel de la UVA: Tierra de Barros es la sub-zona más importante en términos de calidad y representa más del 80% de los viñedos en Ribera del Guadiana. Se extiende desde la ciudad de Mérida hasta el extremo sur de Extremadura. Montánchez conocida por sus vinos blancos. Cañamero en el noreste de Extremadura, cuenta con los viñedos más altos, Alarijen es la variedad más abundante. Ribera Baja en la frontera de Portugal, el Océano Atlántico tiene alguna influencia y Cayetana es la variedad más plantada.

Ribera Alta forma la sección media de la DO, el terreno es plano y muchas uvas de mesa se ​​cultivan aquí, Alarijen y Tempranillo son las predominantes. Matanegra se encuentra al sur de Tierra de Barros, su clima más suave es adecuado tanto para el rojo-y la producción de vino blanco. Tempranillo encabeza los rojos, seguidos de una mezcla de variedades internacionales y españolas como Cabernet Sauvignon, Merlot , Syrah , Garnacha y Bobal . Las especialidades blancos locales, como Cayetana, se cultivan junto Viura (Macabeo),Verdejo y Chardonnay.

En esta letanía de caprichos, Extremadura se ha atrevido con los espumosos. En concreto, Almendralejo ha estampado su firma en las mejores guías del vino, como la “ciudad del cava”.

Nuestro vino sólo podía estar casado con otro material noble extremeño: el corcho extraído de San Vicente de Alcántara, reconocida internacionalmente como Capital Nacional del Corcho y donde se produce el de mayor calidad del mundo.

¡Brindemos por todo ello! Brindemos por el privilegio de esta DESPENSA natural, por las aguas que riegan laderas abrigadas y frescas, hábitat óptimo para bosques de castaños donde se oculta “EL REINO FUNGI”, ideal para recolectores de setas de la madera, boletos, amanitas, gasteromycetes, agáricos, lepiotas, lactarios, tricholomas.

Brindemos por el caudal de agua dulce que refresca orillas de pantanos y embalses, donde beben y beben los peces nobles de río: carpas, anguilas, truchas, tencas, bogas, blas blas. ¡Ajo de peces!

Brindemos por el gazpacho de invierno, lomo de jabalí y ragut de venado, perdiz aureolada y migas, muchas y buenas migas acompañadas de su morcilla o paté social de patatera.

El menú estaría incompleto sin los explosivos bombones de higo, sin la rosca de muégado, sin las floretas, pestiños, papaviejos, turrones, gachas, perrunillas y ñut, caprichos de nuez seca y almendra delicia de chocolate. Extremadura es un amor de ¡Técula Mécula!

Sin nuestra DEHESA, el mundo sería más insípido.